Ayer a las 10 de la mañana teníamos programada la transferencia de Chiquitín. Estábamos súper cansados porque la noche anterior habíamos ido hasta la ciudad vecina a la despedida de mi amiga y llegamos a las 3:30 a casa y a las 8 estábamos en pie para ducharnos, sacar a las perritas y desayunar.
Justo llegamos un par de minutos antes y aún no había llegado la gine así que estuvimos hablando con la auxiliar y le expliqué que había estado bastante fastidiada el viernes noche. Resulta que fuimos a cenar de tapas con unos amigos y, al volver, comencé a sentir unos dolores brutales en el intestino, hasta el punto de que no me dejaban ni andar y rabiaba cada vez que notaba el dolor porque eran como contracciones. Al llegar a casa me fui directa al servicio por si había algo que estuviese haciendo tapón y no os podéis ni imaginar el dolor… Al final conseguí soltar , ejem…, y los dolores bajaron bastante de intensidad aunque no terminaba de encontrarme bien. El sábado seguí molesta con los ovarios pero el intestino ya casi ni me dolía.
A todo esto, llegó la embrióloga y nos explicó que había chequeado a Chiquitín y que estaba bien, pero que le habían tenido que bajar la calidad porque tenía una célula más grande que las otras y porque aún seguía en 6 células cuando ya debía estar en 7 ú 8 pero que, quizás, lo había mirado demasiado pronto. Yo he leído que la división se hace entre las 67 y 71 horas después de la fecundación y a Chiquitín lo fecundaron un poco más tarde de las 14:00 porque le hicieron las columnas al esperma de Veleta. Así que sí puede ser que en unas cuantas horas se terminase de dividir bien, aunque también he leído que un embrión de 3 días debe tener mínimo 6 células así que yo tranquila.
Al poco llegó la gine y nos pasaron al bien llamado «pajillódromo» (palabro sacado del blog de El «marío» en la FIV) que, por cierto, estuvimos leyendo justo esa entrada mientras esperábamos y a mi marido le encantó. Resulta que el «pajillódromo» de mi clínica es multifunción porque allí me cambié yo para la punción y allí es donde nos pusimos los aperos para la transfe.
Al tumbarme en la camilla lo primero que hizo la gine fue tocarme la barriga para ver si sentía molestias y le dije que no, que ya estaba bastante mejor pero que el ovario que más me molestaba era el izquierdo y me dijo que podría ser porque hubiese estado soltando un poco de sangre tras la punción, así que me hizo la eco y, efectivamente, el ovario había estado sangrando y de ahí los dolores que había estado sintiendo los días atrás (se ve que entre la sangre y que me estaba apretando el intestino las molestias eran más dolorosas). Me explicó que todo estaba perfecto y que podíamos hacer la transfe así que la embrióloga volvió a explicarnos cómo estaba Chiquitín pero no terminaba de decirnos la calidad que tenía, así que yo se lo pregunté y nos dijo que era un C justo por lo que había comentado de la división.
Uffff, qué momento de cruda realidad pasé… Sólo alcanzaba a decir que en la otra FIV tuvimos 2 b y 1 c y que ahora que habíamos hecho las columnas habíamos conseguido un C y me empecé a preocupar por si era problema de la calidad de mis óvulos, algo que hasta el momento no me había parado a pensar.
Justo después de estas palabras comenzó la parte que menos me gusta de la transfe, la inserción de la cánula. Sólo sentí un poquillo de arggg y no hizo falta usar ninguna guía especial así que eso me tranquilizó mucho. Después volvió a hacerme una eco vaginal (yo flipé porque las otras dos veces no había sido así) y ya vino la embrióloga con Chiquitín. Esta máquina de eco no tiene la misma nitidez que la de la clínica del ciclo anterior así que me costó ver la gotita que llevaba parte de nuestra vida pero me quedé tranquila cuando la embrióloga confirmó que estaba dentro de mí porque la cánula estaba limpia.
Aproveché para preguntarle a la gine qué había podido ocurrir para que este ciclo fuese tan raro y me dijo que a ella ya le extrañó que en la primera eco no se viesen antrales en el ovario derecho y que ella había leído en mi historial que tenía buena reserva porque lo había escrito el otro gine, que puede ser que en estos meses desde la última FIV la reserva haya caído empicado, que ellos han visto casos así, pero a mí me extraña porque en abril J.C. me hizo una eco 3D y me vio 15 antrales entre los 2 ovarios.
Resumiendo, que no tienen ni idea de qué ha podido pasar.
Y ahí nos quedamos en quirófano, yo tumbada durante 30´ que al principio llevé bastante bien pero que al final no podía aguantar más las ganas de pipí y Veleta salió a preguntar si ya me podía levantar. Es que encima, el tío sinvergüenza, se había puesto a ver en la tele que había allí el mundial de natación sincronizada y yo sólo veía agua y más agua…
Salí pintando al baño y volví a recoger todos los papeles que me habían preparado y la embrióloga me hizo el siguiente comentario:
No te dejes llevar por la calidad, nunca se sabe qué puede ocurrir. Tu cara ha sido un poema cuando te he dicho que era un C.
Así que ya le expliqué que conocía casos de chicas que se habían quedado embarazadas con tipos C y D y que yo sabía que todo podría pasar y que yo soy una persona optimista, sobre todo durante la betaespera.
Tengo la beta para el próximo día 10 de agosto y pienso vivir esta betaespera lo más relajada posible aunque me dijeron que nada de baños de inmersión pero Veleta me ha dicho que haga lo que me apetezca, que sin tirarme de cabeza haciendo la bomba podría bañarme si el cuerpo me lo pide. Que viva estas dos semanas bien y que si se tiene que quedar lo va a hacer.
Así que en ello estoy, intentando descansar todo lo que puedo y conectando con Chiquitín a ratitos y Veleta igual. Él está muy esperanzado y a mí eso me llena de alegría y de amor.
Ya os iré contando qué tal voy estos días. Os mando un beso muy grande!!!
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