Ese sentimiento sin nombre

Llevo varios días queriendo escribir para contaros varias cosas, pero la primera quiero que sea esta que os voy a explicar.

Todas hemos sentido alguna vez a lo largo de este camino diversos sentimientos: rabia, dolor, desesperanza, incertidumbre… Pero hay un sentimiento al que yo no le pongo nombre y que necesito que entre todas se lo pongamos.

Os pongo en materia:

El mes que me quedé embarazada por primera vez coincidió con mi primera clase de yoga y dejé de ir nada más enterarme que estaba embarazada, de hecho me hice el test el día que tenía mi siguiente clase por prevención. Al cabo de los meses volví a retomar el yoga y lo dejé en marzo por incompatibilidad de horario. Y bien, a esas clases también iba una vecina mía que hace unos meses dejó de vivir en el residencial y que ya no veía desde que dejé las clases.

Pues justo el jueves estaba con mi hermana y mi madre tomándonos algo en el restaurante donde se dan las clases de yoga (es un local donde puedes ir a tomar un té, una comida o cena, a comprar productos de herbolario… y que tiene una sala donde se da yoga, danza del vientre, charlas, cursos de cocina vegana… Vamos, para mí es una pasada de sitio). Conforme la ví acercarse me dí cuenta de que la carita la tenía como más redondita y enseguida mi radar de infértil hizo su aparición y zas, en toda la boca! barrigón de unos 6/7 meses. En ese momento me entró de todo por el cuerpo, la saludé con un «Hola!» e intenté disimular mis sentimientos.

Aquí es cuando hizo acto de presencia el sentimiento sin nombre del que os hablo. Comencé sintiendo como si algo se me hubiese roto por dentro, luego dolor, impotencia, muchos sentimientos que sé que juntos tienen un nombre, pero soy incapaz de saberlo.

Se lo conté a mi marido y él me dijo que era envidia. Yo sé que no es envidia, porque ese es su bebé, no el nuestro y porque no puedo tener envidia de alguien que a mí no me ha hecho nada. Intenté explicárselo pero creo que, a veces, no me hace ni caso.

Se supone que era yo la que iba a yoga y la que no hacía ciertos ejercicios en la fase lútea «por si acaso», se supone que la búsqueda era mía y me encuentro con que la que ha encontrado a su bebé ha sido ella. Me siento como traicionada por el destino.

Qué dolor más profundo…

Cuando veo a otras embarazadas no me pasa, creo que es la primera vez que me pasa tan fuerte y creo que es porque la conocía, pero tengo amigas que en este tiempo se han quedado embarazadas y no me ha dolido y es porque sé que a ellas también les ha costado. Quizás por eso no haya sentido con ellas lo mismo que con esta chica.

Imagino que a vosotras os ha pasado esto también y quizás podáis ayudarme a ponerle nombre a este sentimiento tan horroroso.

Otra de las cosas que me está pasando últimamente es que cuando recibo una llamada o un whatsapp de alguna amiga me «cago viva» por si es para decirme «estoy embarazada».

Una vez me pasó pero de otra manera: una amiga me dijo que otra amiga en común estaba de baja pero que no me lo quería decir y le suelto «Está embarazada» y justo después de decirlo me acordé de que se ligó las trompas hace 6 años después de su segundo hijo!!!!!!!!!!! Jaaaajajaja, a veces pienso que se me está yendo la olla, jajajaajaja.

Y con estas reflexiones, a veces algo absurdas, os invito a que me orientéis y me contéis si a vosotras también os ha pasado alguna vez algo parecido o si le habéis puesto nombre a ese sentimiento.

Un besazo!!!!!!!